Los crímenes de la Inquisición Católica por History

¿LA INQUISICIÓN PROHIBIÓ "EL LAZARILLO DE TORMES"? (ANÁLISIS)

 



Lazarillo de Tormes es una novela picaresca. La historia es la narración de las aventuras de Lázaro, un joven que se ganaba la vida sirviendo a una serie de amos peculiares. Estos eran: un ciego, un clérigo, un hidalgo caído en desgracia, un fraile de sospechosa conducta y un bulero estafador. 


El autor Alberto Medina López, nos menciona que esta novela de índole pícara, no pudo estar ni siquiera un año con libertad frente al público. Debido a que, en 1550 d.C. fue lanzada al público, pero a los meses ya había sido censurada. Siendo así que, esta obra pintoresca ya formaba parte de los primeros libros censurados y expurgados por la Inquisición Española. Principalmente, fue censurado por muchas de las ofensas hacia los religiosos y por su picardía. Y, también porque el autor se mantuvo en anonimato y no había como enjuiciarlo por la obra. 


Dentro de uno de los capítulos o apartados de la obra, en solamente 100 palabras, el anónimo autor satirizó de forma ingeniosa a la Iglesia. Mencionando algunas frases que dejaron al fraile de la Merced en una posición poco digna o usual, que fue de cierta forma ofensiva. Dentro de la historia, Lázaro llegó a servir al fraile gracias a unas "mujercillas" que se lo recomendaron. El termino "mujercillas" era una forma despectiva de nombrar a las damas que llamaban "pariente" al religioso. Algunos términos que el autor utilizó con relación al fraile fueron: que el señor es un hombre de poca devoción y mucho mundo, gran enemigo del coro y comer en el convento, rompía más zapatos que todo el convento; siendo una forma de dar a entender que la vida del fraile era llena de vicios y avaricia. 


Dentro de otro apartado, se dejó de muy mala forma a la institución de la bula, el documento pontificio que concedía privilegios. En la historia, Lázaro entra a trabajar con un bulero que vende indulgencias por dinero para su propio beneficio, sobornando a clérigos y curas con frutas. Su táctica incluye el montaje de falsos milagros para atraer compradores. Cuando un cómplice lo acusa públicamente de vender bulas falsas, el bulero finge que Dios lo ha perdonado y lo resucita, logrando vender miles de bulas en los alrededores sin necesidad de predicar sermón. Siendo así que la Inquisición se sintió totalmente ofendida, que no tuvo otra alternativa que censurar la obra por lo irrespetuosa que era contra la religión y los religiosos como con los clérigos y curas. 


El profesor Antonio Márquez señala que la Inquisición publicó 11 índices de libros prohibidos entre 1551 y 1790, y en esta lista negra cayó la famosa novela "El Lazarillo de Tormes", cuya crítica mordaz a la Iglesia y a la corrupción de la época no pasó desapercibida para los censores pertenecientes a la Inquisición.


BIBLIOGRAFÍA:

            López, A. M. (2021, 3 mayo). El edicto de Lazarillo. ELESPECTADOR.COM. https://www.elespectador.com/el-magazin-cultural/el-edicto-de-lazarillo-article/


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